YO TAMBIÉN SOY MIRIAM!!!

A veces un hecho aislado en nuestras vidas hace que nos replanteemos el resto, muchas cosas, aquellas que creíamos tener bien asentadas, posadas y seguras en nuestro interior, en nuestra mente. ¿ Por qué en ocasiones se tambalean nuestros sentimientos y varían nuestras percepciones?. La aparente seguridad en uno mismo torna muchas veces en inseguridad, miedos y dudas con un simple chasquido de dedos, en una milésima de segundo, con un parpadeo. ¿ Será que necesitamos constantemente la reafirmación y el refuerzo de los demás para sentirnos seguros, para asentar nuestros valores y creencias? Cualquiera diría que somos como una Torre de Babel a punto de derrumbarse.
¿Por qué en ocasiones dudamos de los sentimientos de los demás, de lo que los otros opinan y sienten por nosotros cuando aparentemente estábamos convencidos de que nos querían y deseaban, de que todo marchaba bien, mejor dicho, incluso mucho mejor de lo esperado?.
¿Por qué un simple acto físico, mejor dicho, la ausencia del mismo, se puede convertir en toda una duda existencial, en un complejo, en un ataque de histeria, un tiro a la autoestima, en un “ya no me desea “ ....?. Las dudas son sanas, pero no pueden apoderarse de uno hasta obsesionarle, obnubilarle la mente, sobre todo en las noches de insomnio, que son “muy malas” para todo, sobre todo para pensar, pues todo se convierte y se ve gris, oscuro, negativo, como la noche misma.. El insomnio es el tiempo de los pesimistas.
Ya decía Descartes “ dudo, luego pienso, luego existo “. Pero si ya sabemos que existimos, porque respiramos, porque pensamos, porque sentimos....¿para qué dudar tanto y tan a menudo? ¿Acaso somos todos un poco masocas? . Serán los años que nos hacen replantearnos todo de nuevo:¿ los viejos valores se tambalean.........?
Y todo lo escribo entre interrogantes porque al fin de este post todavía sigo “dudando”. ¿Y tú, lo tienes claro?.
DEDICADO: a Juan por robarte el eslogan de camiseta y utilizarlo como título. A Miriam, la cordobesa, por utilizar su nombre y una de sus historias, con la que me identifico. A Esther porque le salpico con mis dudas matutinas, vespertinas y nocturnas y luego hago lo que me da la gana a pesar de sus consejos. Y a mi chico virgo que fue el causante de mi insomnio.